Gracia y paz, amigos.

La llamada llegó el pasado sábado por la noche, sobre las 5:30, de uno de nuestros pastores. Cuando contesté al teléfono, me dijo simplemente: "¿Te has enterado?". Como yo ignoraba lo que estaba ocurriendo, sus instrucciones fueron las siguientes: "Quizá quieras poner las noticias".

Esos momentos son de los que no se olvidan.

A la luz del reciente intento de asesinato contra la vida del expresidente Donald Trump, como muchos de ustedes, mi corazón está apesadumbrado, y muchos en nuestra nación todavía están conmocionados por las imágenes y los vídeos que siguieron al mitin. Creo que es importante que todos recordemos que, independientemente de nuestras afiliaciones políticas, es esencial que nos unamos como comunidad de fe para buscar la guía y la paz de Dios durante estos tiempos difíciles.

Como seguidores de Cristo, estamos llamados a ser pacificadores y a amar a nuestro prójimo, incluso en medio de la lucha y la incertidumbre. Recuerda que Jesús oró lo siguiente en el Evangelio de Juan: "Que todos sean uno, Padre, como tú estás en mí y yo en ti. Que ellos también estén en nosotros para que el mundo crea que tú me has enviado" (Juan 17:21).

Ahora más que nunca, mi estímulo para todos nosotros es que recemos. No debemos olvidar el poder que se encuentra en la oración.

Rezamos por las víctimas del tiroteo de la semana pasada.
Rezamos por los muchos que fueron testigos de este ataque y del mal que se pretendía cometer.
Rezamos por Donald Trump y su familia, así como por nuestro actual presidente, Joe Biden.

Sigamos rezando por nuestra nación y por el fin de esta violencia y división. Pidamos a Dios que nos conceda sabiduría, unidad y compasión mientras atravesamos estos días difíciles.

Mateo 5:9 nos recuerda: "Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios".

Encarnemos esta llamada a la paz y esforcémonos por ser faros de esperanza y amor en nuestras comunidades.

En el poderoso nombre de Jesús.

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