La formación y el discipulado en la Iglesia tienen que ver con el proceso de vivir y aprender las enseñanzas de Cristo. Este proceso va más allá del mero conocimiento de la cabeza; se trata de reorientar toda nuestra vida en torno a Sus enseñanzas y estilo de vida. En este proceso, aprendemos a vivir en la realidad del reino de Dios aquí y ahora. A través de disciplinas espirituales como la oración, la lectura de las Escrituras y la comunidad, nos formamos a imagen de Cristo. Es un viaje de transformación, en el que no sólo aprendemos sobre Jesús, sino que aprendemos a vivir como Jesús, cultivando una vida marcada por el amor, la alegría, la paz y una relación profunda y auténtica con Dios y con los demás.