Los grupos de 3 a 5 personas del mismo sexo se reúnen semanalmente. Las reuniones comienzan con una oración, y luego cada persona responde a tres preguntas básicas: ¿Cómo está tu alma? ¿Cuáles son tus luchas y tus éxitos? ¿Cómo pueden estar hablando el Espíritu y las Escrituras en tu vida?
Después de cada intervención, una persona reza por la otra. Si los miembros están dispuestos a profundizar, pueden plantearse dos preguntas adicionales: ¿Tienes algún pecado que quieras confesar? ¿Hay algún secreto o algo oculto que te gustaría compartir?
Continúe hasta que cada persona haya tenido la oportunidad de responder a las preguntas y se haya orado por ella. A continuación, los grupos pueden cerrar la reunión con una oración.