Descansa
24 de agosto de 2023 | Tiempo de lectura: 1 min
Por: Rev. Mark Sorensen
Bernard Lagat sabe mucho de carreras de larga distancia. Y debería. Este ciudadano estadounidense nacido en Kenia ha sido cinco veces olímpico y ostenta siete récords de Estados Unidos, desde los 1.500 metros hasta los 5.000 metros. Es conocido por su excepcional resistencia y sus numerosos logros tanto en pista como en carretera. Sin embargo, lo que la gente quizá no conozca es lo que incorpora a su riguroso programa de entrenamiento.
Según un artículo de The New York Times, "mete las zapatillas en un armario y se pasa cinco semanas en ayunas. Nada de correr. Sin abdominales, sin levantar nada pesado, excepto un tenedor".
Me encanta su forma de pensar. :-)
Lagat admite que cada atleta es diferente, pero su horario y su entrenamiento le funcionan bien. "Mis carreras son muy duras", dice. "Todo lo que hago es duro... pero el cuerpo se cansa. No eres una máquina. Descansar es bueno".
Esto es muy cierto. De hecho, alguien se me acercó el domingo pasado y me dijo algo parecido. Su abuelo solía decir: "Hay que desenchufar y volver a enchufar todo para que las cosas funcionen bien".
Creo que la historia de Lagat puede ser una poderosa ilustración de la necesidad de descanso en nuestras vidas.
En el Salmo 23:2-3, David nos recuerda: "En verdes praderas me hace descansar, junto a aguas tranquilas me conduce, refresca mi alma". Fíjate en las palabras "verdes pastos", "aguas tranquilas" y "refresca mi alma". He descubierto que dedicar tiempo a ir más despacio, a hacer una pausa y a estar quieto intencionadamente me ha dado vida y me ha sostenido.
¿Y tú? ¿Qué momentos de tu agenda dedicas a ir más despacio, a luchar contra el calendario y a recordarte a ti mismo que eres más de lo que haces?
He aquí una buena noticia para todos nosotros. El descanso no es un signo de debilidad, sino un componente necesario para el bienestar físico, mental y espiritual. Jesús solía encontrar "lugares solitarios" para estar y descansar en la presencia de su Padre.
¿Qué sé yo? Si era importante para Jesús entonces, debería serlo para nosotros hoy.
Descansa en esa verdad.
En el nombre de Jesús.
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