Al crecer en un hogar de creyentes, Zach conoció a Dios a una edad temprana. Sin embargo, no fue hasta los 20 años cuando Zach aprendió que Dios es más que un conjunto de normas por las que regirse: Dios es una persona que nos ama profunda e infaliblemente y nos invita a ser agentes de su amor en el mundo que nos rodea. Ahora trata de vivir esa invitación con su esposa, Kelsey, y sus dos hijos, Ellis y Theo. Además, Zach está cursando un Master en Divinidad para seguir desarrollándose como ministro y en su tiempo libre disfruta de la lectura, la música y el fitness.