Rev. Luann Riley

Pastor de Discipulado

Después de terminar sus estudios de empresariales en la Universidad de Alabama, la Rev. Luann Riley se centró en ascender en el mundo de la empresa hasta el día en que Dios la llamó para que se quedara en casa con dos niños pequeños.

En su nuevo papel, luchó contra una crisis de identidad. Se sentía agotada y sola, pero su fe la impulsaba a seguir adelante. Después de años sin poder ser voluntaria en la iglesia, por fin pudo dedicar tiempo a servir. Dirigió un pequeño grupo de mujeres y un equipo de servicio. Y después de ir a un viaje misionero, el pastor ejecutivo le ofreció un trabajo a tiempo completo como coordinadora del grupo pequeño.

"No sabía que me llamaban al ministerio", dice. "Pensaba que iba a trabajar en la iglesia, que me pagarían por el servicio que ya estaba haciendo, y luego, cuando mis hijos fueran mayores, volvería a la América corporativa".

Pero Dios tenía otros planes para el autoproclamado pródigo.

Al crecer, Luann dice, nunca tuvo una relación con Jesús. No podía conciliar lo que aprendía en la iglesia con lo que aprendía en casa.

"Cuando tenía 18 años, decidí que había acabado con Dios. Seguí un camino muy oscuro y destructivo y me encontré cerca de tocar fondo cuando tenía 22 años", dice. "Le pedí a Dios que me rescatara. Y lo hizo: me envió a un chico en una cita a ciegas. Empecé a ir a la iglesia con él. Después de meses de domingos, Dios empezó a ablandar mi corazón, y entregué mi vida a Jesús cuando tenía 23 años."

Su transformación espiritual no se produjo de la noche a la mañana. Ha sido un viaje de 20 años de crecimiento y profundización de su fe. Se casó con el chico de la cita a ciegas, y el punto de inflexión llegó cuando se enfrentaron a la infertilidad.

"Ese viaje profundizó mi fe y mi dependencia de Dios", admite. "Fue el catalizador para escuchar realmente al Señor e intentar vivir mi vida para Él".

En su nueva posición como Pastora de Discipulado, Luann, quien tiene una Maestría en Teología del Seminario Teológico Fuller, está deseando ayudar a la gente a vivir su fe de manera práctica e intencional.

"Me entusiasma el futuro de la Iglesia en cuanto al crecimiento y la oportunidad que tiene la gente de crecer en su fe y convertirse en personas que invierten en otras personas, de experimentar un cambio de vida como yo he experimentado el Evangelio en mi vida", afirma.

Luann y su marido son padres de dos gemelos, Beckett y Eli.