En 1871, un devastador incendio arrasó Chicago, destruyendo gran parte de la ciudad y dejando a miles de personas sin hogar. Entre los afectados se encontraba un joven evangelista llamado Dwight L. Moody. Antes del incendio, Moody había estado predicando con un sentido de rutina, sin darse cuenta de la urgencia con que la gente necesitaba escuchar el Evangelio.

La noche anterior al incendio, Moody dio un sermón en el que instó a sus oyentes a contemplar su relación con Cristo. Al final de su sermón, hizo la pregunta: "¿Qué harán con Jesús?". Concluyó diciendo: "Deseo que consideren seriamente este tema, porque el próximo domingo hablaremos de la cruz y, en ese momento, volveré a preguntar: "¿Qué harán con Jesús?""

Esa noche, estalló el incendio, y muchas de las personas a las que había predicado nunca tuvieron la oportunidad de regresar.

Este acontecimiento sacudió profundamente a Moody. Se dio cuenta de que el tiempo era precioso y que necesitaba actuar con urgencia para compartir el evangelio. El ministerio de Moody se transformó a partir de ese momento. Se convirtió en uno de los evangelistas más apasionados de su tiempo, llegando a millones de personas con el mensaje de Cristo.

Amigos, conocer el don de la salvación es dar este precioso don a cualquiera que encontremos. Es demasiado bueno para guardárnoslo para nosotros. Que nunca perdamos la oportunidad de hablarle a alguien de la sangre salvadora de Jesucristo.

¡Mi oración por todos nosotros!

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