Florecer de nuevo cada mañana
4 de octubre de 2023 | Tiempo de lectura: 2 minutos
Por: Rev. Mark Sorensen
En nuestro jardín tenemos una hermosa colección de flores llamadas petunias mexicanas. Si las tienes en tu jardín, quizá sepas que son bastante agresivas. Les encanta apoderarse de todo. Pero también tienen otra cualidad que me encanta. Cada mañana, como un reloj, estallan en flor, desplegando sus vibrantes colores y llenando el aire con su dulce fragancia.
Cuando salí de casa esta mañana y dediqué un rato a contemplar sus nuevas flores, recordé la fidelidad de Dios y la promesa de nuevos comienzos.
En Lamentaciones 3:22-23 leemos: "La misericordia del Señor nunca cesa; sus misericordias nunca se acaban; son nuevas cada mañana; grande es tu fidelidad". Así como las petunias mexicanas florecen de nuevo cada día, el amor y la misericordia de Dios se renuevan cada mañana.
Estas florecillas me han inspirado esta mañana. Así que, hoy, tres rápidos recordatorios para vosotros, amigos.
Uno, el amor de Dios es firme. Estas flores florecen cada mañana. No tengo que pedírselo; simplemente es lo que hacen. Esa es una buena representación del amor de Dios. A pesar de los desafíos y las incertidumbres que afrontamos, el amor de Dios permanece constante. Su amor por nosotros nunca cesa, independientemente de nuestras circunstancias.
Dos, Sus misericordias son nuevas cada mañana. Así como hay flores que me saludan cada mañana cuando salgo con mi café en la mano para empezar el día, las misericordias de Dios también son frescas y abundantes. Su compasión y su gracia no están limitadas ni agotadas. Cada día nos brinda la oportunidad de experimentar sus renovadas misericordias y de encontrar fortaleza en su amor inagotable.
Tres, esas florecillas nos enseñan a abrazar los nuevos comienzos. Cada mañana, me recuerdan que los fracasos y las decepciones de ayer no nos definen. La fidelidad de Dios nos da la oportunidad de empezar de nuevo, de crecer y florecer en Su amor.
Así que hoy, aprende de estas pequeñas flores. Recuerda la fidelidad de Dios y la promesa de nuevos comienzos. Abraza el amor firme y el consuelo que se encuentra en Sus misericordias renovadas cada día. Que todas nuestras vidas reflejen la belleza del amor de Dios y la gracia de quienes nos rodean.